La conquista del Oeste fue uno de los procesos históricos más importantes de Estados Unidos durante el siglo XIX. Representa la expansión territorial hacia el oeste, desde las trece colonias originales en la costa atlántica hasta alcanzar el Pacífico. Este movimiento estuvo marcado por la búsqueda de tierras, recursos, oro, así como por la ideología del Destino Manifiesto, que defendía que el pueblo estadounidense estaba llamado a ocupar el continente.
Sin embargo, esta expansión no fue pacífica: implicó el despojo, desplazamiento y aniquilación parcial de las comunidades nativas que habitaban esos territorios.
Tras la independencia (1776), Estados Unidos comenzó a crecer hacia el oeste mediante compras y conquistas territoriales:
Compra de Luisiana (1803) a Francia.
Anexión de Texas (1845) y guerra contra México (1846–1848), que permitió obtener California, Arizona, Nuevo México, Nevada y Utah.
Compra de Alaska a Rusia (1867).
Factores que impulsaron la expansión:
Búsqueda de tierras fértiles para la agricultura.
La fiebre del oro (California, 1848).
La construcción del ferrocarril transcontinental.
Creencia en el Destino Manifiesto (expansión como misión divina).
Los pueblos indígenas americanos habían habitado esas tierras durante siglos. La llegada de colonos supuso:
Desplazamientos forzados: como el Sendero de Lágrimas (1830–1838), cuando miles de cherokees fueron expulsados de sus tierras hacia reservas.
Choques culturales: los colonos imponían modelos agrícolas y sedentarios frente a las formas de vida nómadas o seminómadas de muchas tribus.
Políticas del gobierno: tratados incumplidos, confinamiento en reservas y marginación cultural.
Guerras sioux (siglo XIX): enfrentamientos entre los sioux y el ejército estadounidense en territorios de Dakota y Minnesota.
Batalla de Little Bighorn (1876): victoria indígena dirigida por Toro Sentado y Caballo Loco contra el general Custer.
Masacre de Wounded Knee (1890): símbolo del final de la resistencia armada indígena, donde murieron cientos de sioux lakota.
Apaches y comanches: en el suroeste, resistencia dirigida por líderes como Gerónimo.
Para los colonos:
Expansión territorial y consolidación de Estados Unidos como potencia.
Creación de nuevas ciudades y Estados.
Integración del ferrocarril y desarrollo económico.
Para los nativos:
Pérdida masiva de tierras y recursos.
Exterminio de bisontes, base de su alimentación.
Mortalidad por guerras, hambre y enfermedades.
Relegación a reservas y pérdida de autonomía cultural.
Aunque predominó el conflicto, hubo también contactos culturales:
Comercio de pieles entre colonos y tribus.
Matrimonios mixtos en zonas de frontera.
Intercambio de técnicas (uso del caballo, armas, idiomas).
Sin embargo, el mestizaje fue limitado y en muchos casos impuesto por la desigualdad de poder.
Teniendo en cuenta este esquema, deberás elaborar un discurso que será expuesto en clase y en el que desarrolles los aspectos que consideres más interesantes de este proceso histórico. Es importante que investigues especialmente sobre los conflictos entre los colonos estadounidenses y la población indígena, las consecuencias que tuvieron para estos últimos y, si lo deseas, la situación actual de dichas comunidades.
El trabajo no debe limitarse a una exposición teórica: la parte inicial servirá para presentar el contexto histórico, pero lo esencial será una reflexión personal y crítica sobre los contenidos y un comentario fundamentado a partir de lo investigado.
Criterios de evaluación:
Claridad y calidad en la exposición de los contenidos teóricos.
Capacidad de reflexión y análisis crítico.
Uso adecuado de material audiovisual que complemente la presentación.
Corrección, fluidez y adecuación del discurso oral.
Extensión aproximada: entre 5 y 6 minutos.
Este trabajo tendrá carácter voluntario y supondrá una mejora en la calificación final de cada trimestre.