Texto 1: Las ventajas de los campos cerrados

No hay ninguna duda de los superiores beneficios que los agricultores obtendrán cultivando sus campos cercados de forma individual (enclosures) más que siguiendo la rotación a que obligaba el antiguo sistema de campos abiertos (openfields).

Con el antiguo sistema, el campesino estaba atado de pies y manos y no podía hacer ninguna variación en función del suelo, los precios o de la época. Aunque algunos cultivos sean mejores y le convengan más, él no puede cambiarlos, siempre tiene que ir a la par con el resto de campesinos.

El nuevo sistema le permitirá escoger los cultivos para cada época del año y sembrar aquellos de los que crea que obtendrá mayores beneficios.

Annals of Agriculture, 1800. (Adaptación)

Texto 2:  Manufactura del algodón

Es un hecho curioso que, en los comienzos de la industria algodonera, todas las operaciones, desde el tratamiento inicial de la materia prima hasta su salida en forma de tejido, se efectúan bajo el techo de la casa del tejedor. En un segundo período, con la mejora de las técnicas, la práctica era la de fabricar los hilados en la fábrica y tejerlos a domicilio. En la actualidad, ahora que esta industria ha llegado a su madurez, todas las operaciones, que ponen en juego medios mucho más amplios y complejos, se efectúan en un solo edificio...

En las fábricas movidas por el vapor, el algodón es cardado, bobinado en mechas, hilado y transformado en tejido, y una sola fábrica es suficiente para producir la misma cantidad de metros para la que antes era precisa la mano de obra de toda una región. 

R. Gueston.

Texto 3:  Conciencia medioambiental

Hay una cantidad tan grande de talleres que se nota el aire caliente desde lejos, y por la noche todo está resplandeciente de luz, de manera que cuando se divisa, a cierta distancia, tanta masa de carbón amontonado, las llamas de fuego que suben encima de los altos hornos, y cuando se oye el ruido de pesados martillos que golpean sobre los yunques, mezclado con el silbido agudo de las bombas de aire, uno cree estar a pie de un volcán en erupción (...).

Barthélemy Faujas de Saint-Fond

Viaje por Inglaterra, Escocia y las islas Hébridas, 1797.